Victoria Azarenka
repite su título en el Open de Australia, y consigue así su segundo cetro de Grand
Slam, tras derrotar a la
china Na Li en una accidentada final que cerró por 4/6 6/4 6/3, además de mantener así el número 1 del mundo, algo que parecía imposible a comienzos del torneo.
Tras un torneo muy accidentado y complicado,
Azarenka rompió en lágrimas cuando,
tras batir a Na Li, se sentaba en su silla. Se pasó dos días consecutivos
justificando su actuación en el partido de semifinales ante Sloane Stephens,
cuando 5/4 arriba y teniendo el servicio Stephens pidió asistencia médica y
entró en el vestuario alterando el momento favorable de la joven norteamericana.
Todo eso le dejó rota psicológicamente. A pesar de ello, supo salir adelante y
remontar un encuentro que tuvo muy en
contra. Un partido difícil para Na Li, también, en el que se cayó dos
veces, y donde incluso tuvo lugar una parada por lanzarse los fuegos artificiales del día de
Australia en el 2/1 del tercer set.
Desde luego no fue un partido de enorme calidad,
es evidente, pero Azarenka tuvo la fortaleza,
el coraje y la valentía suficientes como para sacarlo adelante. Una
Sharapova arrolladora la primera semana, una Serena imponente, una Radwanska
que parecía una clara alternativa, una Kerber que venía empujando fuerte, una
Stephens derrochando juventud e ilusión, una Kuznetsova renovada tras las
lesiones, una Na Li que parecía preparada junto a Carlos Rodríguez para volver
a triunfar... todas ellas parecían difíciles escollos, dificilísimos, pero supo
salir por delante de todas ellas.
Consiguió volver a ser la mejor
competidora del torneo jugado en Melbourne Park: algo nada sencillo.
Victoria Azarenka se convierte en una de las siete tenistas capaces de
repetir títulos de Grand Slam en toda la era abierta. Con ello se corrobora
como una tenista clave en el futuro
del tenis femenino... rió, lloró, sufrió, pero consiguió con el título más
difícil y meritorio de toda su carrera. Con un mal día para su tenis,
psicológicamente agotada, es difícil confirmar por qué se hizo con esta final.
Una dura montaña escalada, que le permite mirar de nuevo desde la cima. Y las
vistas para ella son fantásticas. Es bicampeona de Grand Slam, es la número 1
del mundo, y aún le queda mucho por recorrer pero ha defendido lo más difícil
para ella.
Enhorabuena Azarenka. Arduo campeonato para
ella, pero por puro carácter lo sacó adelante. Meritorio, sin duda, muy meritorio.
Quizás nos mostró la mejor de sus virtudes, esa personalidad por momentos tan agresiva, excesiva, que le permite
superar carreras llenas de obstáculos como estos que sufrió. 2 horas y 40
minutos de lucha en la final, donde lo que brilló fue su capacidad para superar
los problemas.
EL
ERROR EN EL TROFEO DE AZARENKA
La
tenista bielorrusa revalidó su título en el Open de Australia ante la atenta
mirada de la Rod Laver
Arena. De esta manera, por segundo año consecutivo la actual número uno del
mundo dejaría para la posteridad su nombre grabado en el listado de campeonas del torneo oceánico.
No obstante, algo sucedió mal en el momento de
formalizar su inscripción en el trofeo. Desconocido hasta el último momento el
nombre del ganador, obviamente el grabado del nombre en la Daphne
Akhurst Memorial
Trophy -nominación que recibe el cetro femenino- se posterga hasta la
finalización del último encuentro. Justo antes de ser otorgado a su ganadora.
Quizá fueran las prisas por la inmediatez de la entrega o tal vez un simple despiste.
Lo cierto es que el orfebre encargado de plasmar el nombre y la nacionalidad de
Victoria Azarenka cometió un error en su labor en lo relativo a este último
detalle.
En el momento de incluir el país de origen de la
campeona -Bielorrusia (BLR)- grabó una abreviatura perteneciente a otra nación.
En el trofeo se puede leer la siguiente leyenda: 'Victoria Azarenka (BEL)'*, correspondiente a Bélgica. Un
error que quedará deberá quedar subsanado y permanecerá como anécdota de la
edición de 2013.
*Bielorrusia traduce al inglés como 'Belarus'. Por
tanto, sus tres primeras letras en inglés (BEL) coinciden con Bélgica, siendo esta
'Belgium'. De ahí la posible confusión al abreviar la palabra.
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