Sonntag, 23. Juni 2013

El cuento de hadas de Wimbledon 2001

Hay veces que los pronósticos se hunden en arenas movedizas. Esas que poco contemplan las probabilidades, los rankings y el análisis previo. Cuando el deporte escapa al razonamiento y las epopeyas se vuelven realidad. Cuando no hay forma de entender lo que pasó. He aquí la historia de un croata que a los 30 años salió por primera vez campeón de un Grand Slam, con “wild-card”. Nombre del héroe: Goran Ivanisevic. Torneo: Wimbledon 2001.



“No podía concluir de otra forma. Tuvo que intervenir incluso la naturaleza, con su lluvia providencial para sacarlo de apuros en su partido contra el británico Tim Henman”, escribe el enviado especial de la BBC a Wimbledon, Roberto Nappo, en el año 2001. “Y luego, para que el cierre de este episodio, que quedará muy vivo en el recuerdo de los aficionados al tenis, tuviera lugar en uno de los excepcionales "lunes populares".

El tenis tiene esos cajones históricos que guardan hazañas, como la de Michael Chang, el estadounidense campeón del Roland Garros 1989 con tan solo 17 años. Muy cerca de esa gloria, en ese archivo especial de logros impensados, se encuentra el Wimbledon 2001 obtenido por Ivanisevic. El controvertido croata, conocido por romper raquetas, su potente saque y no llegar a etapas decisivas en Grand Slams, reventó las apuestas en una mágica final que tuvo como digno perdedor al australiano Patrick Rafter.

Goran se encontraba en la posición Nº125 del ránking, lo que le impedía jugar por si solo el torneo de Wimbledon. Dado su pasado como triple finalista de esta competencia (1992, 1994 y 1998), los organizadores del torneo decidieron otorgarle una invitación o “wild card” para jugar el torneo. Ante todos los pronósticos se las arregló para avanzar todo el cuadro hasta la final.

Esta era la primera final de Ivanisevic desde aquella en Wimbledon de 1998. Ya antes del inicio del encuentro, en una atmósfera que superó con creces la que se produce con motivo de los enfrentamientos por la Copa Davis, los duelos de coros y estribillos preanunciaron que éste iba a ser un día completamente fuera de lo común en Wimbledon.

"El problema conmigo es que cada partido lo juego ante 5 rivales: el juez de silla, el público, los recogepelotas, la cancha y yo mismo", era una de las cosas que solía decir el croata. "Cada vez que juego pueden surgir en mí tres jugadores: el 'Goran bueno', el 'Goran malo' y el 'Goran desquiciado”. Y ese día surgió el ‘Goran ganador’.


Pudo haber sido para cualquiera de los dos. Luego de estar igualados en dos sets cada uno, Rafter estuvo a sólo dos puntos de la victoria, al sacar Ivanisevic en desventaja de 6 a 5 en el quinto set, y colocarse 30 a 30”, dijo Robert Nappo. La hierba londinense quedó amarilla luego de las tres horas de partido, hasta que recién en el quinto set un error no forzado de Pat convirtió a Ivanisevic en el hombre más feliz del mundo. Fue uno de los mejores duelos definitorios que existieron en el tenis, y no decir en Wimbledon.


Claro está que esto no estaba previsto por los fervientes espectadores de ambos bandos. No obstante, como en una mega-final que a todo tenófilo le gustaría presenciar, las ventajas se sacaron sobre el final, cuando el tie-break del último set hizo "crack" en un 9-7.




Rafter anhelaba con ganar su primer Wimbledon y no dio una pelota por perdida; hasta levantó tres match point en el último set. Pero el croata, de potente saque, sacó fuerza de abajo de la tierra y encontró lo que buscaba: el error del rival. Este logro para Ivanisevic significó mucho más que ganar un Grand Slam. Fue un desafío cumplido en una edad avanzada para cualquier tenista. Fue un sueño hecho realidad tras varios años del eclipse Pete Sampras.



Con este marco fabuloso, inimaginable en la "catedral del tenis", él mismo, con el trofeo en sus manos, dedicó la victoria a su mejor amigo, el jugador de la NBA Drazen Petrovic, que murió en un accidente de automóvil en 1993: "si me estás viendo, descansa en paz".



Arrastrando el pasado

Pero no mucho antes de que esto sucediera, Goran Ivanisevic pensó en abandonar definitivamente este deporte. Al perder la tercera final -y segunda ante Sampras-, había dicho incluso: "me quiero suicidar". Y fueron los problemas en su hombro los que le hicieron perder varios puestos en el ranking.

«Primero jugaba para ganar dinero que permitiese a mi hermana Srdjana enfrentarse al cáncer, después lo hice por mi país y ahora, por fin, estoy jugando para mí mismo», manifestó en Londres, en el curso de la gesta que lo llevaría a conquistar el torneo partiendo de una invitación.

Conocido en el circuito por su fuerte juego de ataque y por sus impiadosos servicios de más de 200 km/h, en 1991 perdió en la segunda ronda de Wimbledon y generaría controversia no sólo al expresar sus fuerte sentimiento patriótico croata durante el período de separación de Yugoslavia.


En 1992 alcanzó su primera final de Wimbledon ante Andre Agassi, siendo los dos estrellas en ascenso, buscando su primer título de Grand Slam. Ese año Goran lograría las medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de Barcelona tanto en individuales como en dobles para la recién formada nación de Croacia. Ese año logró 4 títulos y fue el primer deportista que paseó la bandera croata. 

En 1994, a pesar de perder su segunda final de Wimbledon, fue el año en el que alcanzó el puesto número 2 en el ranking ATP.

En 1995 ganó la Grand Slam Cup al derrotar en la final a Todd Martin y llegaría a las semifinales de Wimbledon perdiendo ante Pete Sampras.

En 1996 logró 5 títulos y alcanzó de nuevo la final de la Grand Slam Cup, esta vez perdiendo ante Boris Becker. Además, alcanzaría por primera vez las semifinales de un Grand Slam que no sea Wimbledon, perdiendo ante Pete Sampras en el US Open en 4 sets.

En 1998 alcanzó su tercer final de Wimbledon. Eran muchos, incluso los especialistas, los que opinaban que Goran Ivanisevic debía haber ganado alguna vez Wimbledon.

En 1999 alcanzó la final de dobles de Roland Garros (con Jeff Tarango) pero una lesión en el hombro haría que empezara a tambalear en el circuito perdiendo varias posiciones durante los años 1999, 2000 y 2001. Una lesión que le hizo retirarse temporalmente a finales de ese año 2001. Volvió al tenis en 2004 pero luego de su caída en la tercera ronda de Wimbledon ante Lleyton Hewitt se retiró definitivamente.

Luego de su último partido como tenista, demostró su lado croata, poniéndose una camiseta de fútbol de su selección y diciendo que no le importaba perder porque ahora podría ver ganar a su país contra Inglaterra en la Eurocopa de fútbol (lo que no sucedió).

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