Sonntag, 23. Juni 2013

El cuento de hadas de Wimbledon 2001

Hay veces que los pronósticos se hunden en arenas movedizas. Esas que poco contemplan las probabilidades, los rankings y el análisis previo. Cuando el deporte escapa al razonamiento y las epopeyas se vuelven realidad. Cuando no hay forma de entender lo que pasó. He aquí la historia de un croata que a los 30 años salió por primera vez campeón de un Grand Slam, con “wild-card”. Nombre del héroe: Goran Ivanisevic. Torneo: Wimbledon 2001.



“No podía concluir de otra forma. Tuvo que intervenir incluso la naturaleza, con su lluvia providencial para sacarlo de apuros en su partido contra el británico Tim Henman”, escribe el enviado especial de la BBC a Wimbledon, Roberto Nappo, en el año 2001. “Y luego, para que el cierre de este episodio, que quedará muy vivo en el recuerdo de los aficionados al tenis, tuviera lugar en uno de los excepcionales "lunes populares".

El tenis tiene esos cajones históricos que guardan hazañas, como la de Michael Chang, el estadounidense campeón del Roland Garros 1989 con tan solo 17 años. Muy cerca de esa gloria, en ese archivo especial de logros impensados, se encuentra el Wimbledon 2001 obtenido por Ivanisevic. El controvertido croata, conocido por romper raquetas, su potente saque y no llegar a etapas decisivas en Grand Slams, reventó las apuestas en una mágica final que tuvo como digno perdedor al australiano Patrick Rafter.

Goran se encontraba en la posición Nº125 del ránking, lo que le impedía jugar por si solo el torneo de Wimbledon. Dado su pasado como triple finalista de esta competencia (1992, 1994 y 1998), los organizadores del torneo decidieron otorgarle una invitación o “wild card” para jugar el torneo. Ante todos los pronósticos se las arregló para avanzar todo el cuadro hasta la final.

Esta era la primera final de Ivanisevic desde aquella en Wimbledon de 1998. Ya antes del inicio del encuentro, en una atmósfera que superó con creces la que se produce con motivo de los enfrentamientos por la Copa Davis, los duelos de coros y estribillos preanunciaron que éste iba a ser un día completamente fuera de lo común en Wimbledon.

"El problema conmigo es que cada partido lo juego ante 5 rivales: el juez de silla, el público, los recogepelotas, la cancha y yo mismo", era una de las cosas que solía decir el croata. "Cada vez que juego pueden surgir en mí tres jugadores: el 'Goran bueno', el 'Goran malo' y el 'Goran desquiciado”. Y ese día surgió el ‘Goran ganador’.


Pudo haber sido para cualquiera de los dos. Luego de estar igualados en dos sets cada uno, Rafter estuvo a sólo dos puntos de la victoria, al sacar Ivanisevic en desventaja de 6 a 5 en el quinto set, y colocarse 30 a 30”, dijo Robert Nappo. La hierba londinense quedó amarilla luego de las tres horas de partido, hasta que recién en el quinto set un error no forzado de Pat convirtió a Ivanisevic en el hombre más feliz del mundo. Fue uno de los mejores duelos definitorios que existieron en el tenis, y no decir en Wimbledon.


Claro está que esto no estaba previsto por los fervientes espectadores de ambos bandos. No obstante, como en una mega-final que a todo tenófilo le gustaría presenciar, las ventajas se sacaron sobre el final, cuando el tie-break del último set hizo "crack" en un 9-7.




Rafter anhelaba con ganar su primer Wimbledon y no dio una pelota por perdida; hasta levantó tres match point en el último set. Pero el croata, de potente saque, sacó fuerza de abajo de la tierra y encontró lo que buscaba: el error del rival. Este logro para Ivanisevic significó mucho más que ganar un Grand Slam. Fue un desafío cumplido en una edad avanzada para cualquier tenista. Fue un sueño hecho realidad tras varios años del eclipse Pete Sampras.



Con este marco fabuloso, inimaginable en la "catedral del tenis", él mismo, con el trofeo en sus manos, dedicó la victoria a su mejor amigo, el jugador de la NBA Drazen Petrovic, que murió en un accidente de automóvil en 1993: "si me estás viendo, descansa en paz".



Arrastrando el pasado

Pero no mucho antes de que esto sucediera, Goran Ivanisevic pensó en abandonar definitivamente este deporte. Al perder la tercera final -y segunda ante Sampras-, había dicho incluso: "me quiero suicidar". Y fueron los problemas en su hombro los que le hicieron perder varios puestos en el ranking.

«Primero jugaba para ganar dinero que permitiese a mi hermana Srdjana enfrentarse al cáncer, después lo hice por mi país y ahora, por fin, estoy jugando para mí mismo», manifestó en Londres, en el curso de la gesta que lo llevaría a conquistar el torneo partiendo de una invitación.

Conocido en el circuito por su fuerte juego de ataque y por sus impiadosos servicios de más de 200 km/h, en 1991 perdió en la segunda ronda de Wimbledon y generaría controversia no sólo al expresar sus fuerte sentimiento patriótico croata durante el período de separación de Yugoslavia.


En 1992 alcanzó su primera final de Wimbledon ante Andre Agassi, siendo los dos estrellas en ascenso, buscando su primer título de Grand Slam. Ese año Goran lograría las medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de Barcelona tanto en individuales como en dobles para la recién formada nación de Croacia. Ese año logró 4 títulos y fue el primer deportista que paseó la bandera croata. 

En 1994, a pesar de perder su segunda final de Wimbledon, fue el año en el que alcanzó el puesto número 2 en el ranking ATP.

En 1995 ganó la Grand Slam Cup al derrotar en la final a Todd Martin y llegaría a las semifinales de Wimbledon perdiendo ante Pete Sampras.

En 1996 logró 5 títulos y alcanzó de nuevo la final de la Grand Slam Cup, esta vez perdiendo ante Boris Becker. Además, alcanzaría por primera vez las semifinales de un Grand Slam que no sea Wimbledon, perdiendo ante Pete Sampras en el US Open en 4 sets.

En 1998 alcanzó su tercer final de Wimbledon. Eran muchos, incluso los especialistas, los que opinaban que Goran Ivanisevic debía haber ganado alguna vez Wimbledon.

En 1999 alcanzó la final de dobles de Roland Garros (con Jeff Tarango) pero una lesión en el hombro haría que empezara a tambalear en el circuito perdiendo varias posiciones durante los años 1999, 2000 y 2001. Una lesión que le hizo retirarse temporalmente a finales de ese año 2001. Volvió al tenis en 2004 pero luego de su caída en la tercera ronda de Wimbledon ante Lleyton Hewitt se retiró definitivamente.

Luego de su último partido como tenista, demostró su lado croata, poniéndose una camiseta de fútbol de su selección y diciendo que no le importaba perder porque ahora podría ver ganar a su país contra Inglaterra en la Eurocopa de fútbol (lo que no sucedió).

Samstag, 22. Juni 2013

Al revés

El revés a una mano: el golpe elegante por excelencia en peligro de extinción. Es una reliquia en cualquier circuito, un golpe heredado de tiempos arcanos, cuando el tenis no estaba sometido a las normas de la potencia. Estética, colocación y precisión se funden en un mismo tiro, que muy pocos jugadores aún conservan en su repertorio. Roger Federer, Richard Gasquet, Nicolás Almargo o Stanislas Wawrinka son algunos de los "clásicos" del revés.



En los tiempos del blanco y negro, la elegancia se traducía a golpe de revés. La diagonal que trazaba la raqueta, de abajo hacia arriba, daba vida a uno de los tiros más bellos de este deporte: el revés a una mano. Desde el australiano Rod Laver, pasando por otros mitos como McEnroe o Boris Becker, hasta Pete Sampras. La saga de grandes jugadores que hicieron apología de este golpe es interminable. Pero el tenis cambió.

La búsqueda del toque perfecto y la colocación dio lugar a la potencia. Las nuevas generaciones apenas emplean el revés a una mano. Sólo en determinados momentos del juego, como recurso para "cortar" la bola. Aquellos que conservan la esencia y la tradición de los clásicos en el circuito hoy en día se pueden contar con los dedos de la mano.



Roger Federer, Richard Gasquet, Nicolás Almargo, Stanislas Wawrinka, Mikhail Youznhy, Tommy Haas, Philipp Kohlschreiber o Grigor dimitrov aún mantienen el revés a una mano en todas sus variedades y todos, salvo el búlgaro, superan los 27 años. Y es que entre los jóvenes talentos que están irrumpiendo en la élite de la ATP, todos empuñan el golpe con la "cara b" de su raqueta con ambas manos, salvo Dimitrov.





Una explicación parece esconderse detrás de esta evolución en la forma de ejecutar el revés. ¿Por qué se pasa de una mano a dos? En primer lugar, por la potencia que impera en el ciruito. "Supongo que la mayoría de jugadores ahora aprenden a ejecutarlo a dos manos. El juego ha evolucionado tanto hacia la fuerza que es importante tener esa potencia y ese control también en el lado del revés", reconocía Gasquet en una entrevista.

En esta misma línea, otro de los grandes maestros del revés a una mano, Stanislas Wawrinka, explicaba: "Es un poco de la vieja escuela y no demasiados profesionales lo enseñan ya. En estos momentos se impone la potencia".

Además, otro de los motivos que sustentan esta evolución es la temprana edad con la que los jugadores empiezan a practicar el tenis y la falta de fuerza para golpear el revés obliga a empuñar la raqueta con las dos manos.

Lo cierto es que los profesores de clubes y academias trabajan para que los más jóvenes puedan elegir su revés, empleando pelotas sin presión durante los entrenamientos que requieran menos fuerza. (Yo fui una de esas personas que daban a escoger la forma de realizar el revés. Al fin y al cabo el 'swing' debe ser natural. Además, será por la escuela suiza o porque mi profesor era precisamente un veterano, pero yo también soy de las personas que prefieren y hacen el revés a una mano).

Pero, visto lo visto en el circuito profesional, si algo queda claro es que el revés a una mano está en peligro de extinción. Sólo queda el recuerdo difuso de "los Clásicos".




Hablando del revés a dos manos: Murray

No hay mejor momento que este para hablar del revés de otro de los grandes del tenis actual. Un revés a dos manos que a Andy Murray le sirve de ayuda muchas veces para salir de situaciones adversas increíbles. 



El revés del escocés es uno de los mejores del circuito junto al de Nole Djokovic. Su técnica es muy correcta y lo juega con mucha soltura y facilidad, a parte de tener una gran confianza en este golpe. 

Algo que llama mucha la atención de este golpe en manos de Murray es la empuñadura. Pues si nos fijamos, la empuñadura de la mano derecha es "martillo". En este caso es muy importante la utilización de la mano izquierda para poder dar el efecto "liftado". 

Andy es un gran jugador en los peloteos de fondo, gran defensor, buen contraataque y buen restador. Con si revés puede hacerlo todo. En el "rally" es capaz de cambiar direcciones con una gran facilidad; su revés paralelo es un ejemplo de coordinación y buena técnica.

En los intercambios puede cambiar los ritmos no sólo por velocidad, si no cuando va a buscar la bola antes, y lo hace con una preparación más corta buscando la bola arriba. Cuando resta también puede dar un paso hacia adelante y entrar para dominar el punto. Además, podemos decir que consigue hacer muy buenos "passing shots", ya que hasta el último momento no se sabe qué dirección le dará a la pelota. En otras palabras: un genio escondiendo el golpe.





Cuatro pasos son los que definen el revés a dos manos del escocés: preparación, punto de impacto, transferencia y terminación.

- En la preparación del golpe destaca su espalda recta y la gran rotación de sus hombros, cabeza de la raqueta a la altura de los mismos con sus brazos estirados que no permiten intuir la dirección que quiere dar al golpe.

- En el punto de impacto es muy bueno. Las manos avanzan hacia la bola con la muñeca derecha relajada.

- En la transferencia, el hombro izquierdo va avanzando con la bola, parece que fuera un "drive" de un jugador zurdo. La pierna derecha, mientras, va subiendo con la bola y la izquierda es la que toma el relevo, buscando un apoyo mejor.

- La terminación de su revés la realiza con sus manos cerca de su hombro derecho y las manos relajadas. No es tanto un golpe ejecutado de abajo hacia arriba, sino más lineal a través de su cuerpo. 

Dienstag, 18. Juni 2013

Una liga que se muere

En la página MoiCeleste, dedicada a las noticias del mundo del Celta, publicaron en su día un artículo que me pareció tremendamente bueno, sincero y verdadero. Por ello, os lo dejo aquí también. Espero que disfrutéis de él.



La Liga BBVA, mundialmente conocida como La Liga, todavía llamada Liga de las Estrellas y otrora considerada como “La mejor liga del mundo”, se está muriendo. Camina hacia la mediocridad empujada por una gestión paupérrima, desastrosa, ofensiva contra el aficionado y contemplativa con todos aquellos que buscan el interés particular a costa del fin último: el fútbol. Se agarra al poderío de sus dos trasatlánticos, cada vez más poderosos en el interior y menos invencibles en el exterior, para justificar un modelo tan injusto como dañino para el espectáculo. Lo hace sin darse cuenta de su pérdida paulatina de atractivo, de su continua decadencia y de la progresiva fuga de talentos que se produce con cada vez mayor asiduidad a la llegada del verano.
  
Anteayer trascendía la noticia, aventurada por muchos desde hace tiempo, de que Iago Aspas hará las maletas con dirección Liverpool en los próximos días. En la ribera del Mersey, el futbolista moañés, por el que el club inglés pagará alrededor de 9 millones de euros al Celta, ingresará cerca de 1’5 millones por temporada.
  
Unas cifras, tanto las salariales como las del traspaso en sí, a las que no ha podido acercarse el Valencia, la entidad nacional que mayor interés mostró por el jugador del Morrazo. Un equipo que no disputará Champions este año –como tampoco el conjunto red, que ni siquiera jugará la Europa League-, pero que en las últimas campañas se había consolidado como el tercer club del panorama futbolístico español. No en vano, fue el último capaz de romper la hegemonía de Real Madrid y Barcelona, la cual se mantiene inalterable desde el año 2004. Su situación económica es tan delicada que no sólo se ha visto obligado a renunciar a Aspas, sino que verano tras verano está abocado a desprenderse de sus estrellas para cuadrar las cuentas. Albiol, Villa, Silva, Joaquín, Mata o Jordi Alba ya tuvieron que abandonar Mestalla. El siguiente, tarde o temprano, será Roberto Soldado. Casi todos con dirección Madrid, Barcelona o el extranjero. Otras opciones son inviables.
  
Pero la pérdida de jugadores franquicia no es algo que suceda única y exclusivamente a orillas del Turia. El Atlético de Madrid, recién recuperada su condición de tercer equipo de España, no disfrutará más de los goles de Radamel Falcao, quien abandona el club colchonero para marcharse al recién ascendido Mónaco. Un poco más abajo en la clasificación, encontramos a un Málaga que, tal y como hizo un año atrás con Cazorla, deberá desprenderse de su gran estrella, Isco, seducido por el proyecto del Manchester City. Conjunto al que también se marcha Jesús Navas, el referente de un Sevilla en peligro de perder a su otro estilete, Álvaro Negredo. No serán los únicos que harán las maletas. También Fernando Llorente, hace no mucho estrella del Athletic Club de Bilbao y que este año firmará con la Juventus, tal y como hizo el curso pasado Javi Martínez con el Bayern de Munich.
  
Ejemplos más modestos son los de Iago Aspas en el Celta o Martins en el Levante, quien ni esperó al final de temporada para cambiarse de liga. Lo mismo puede pasar en el Valladolid con Ebert, en el Espanyol con Verdú, en el Osasuna con Andrés Fernández, en el Rayo Vallecano con Piti o en la exitosa Real Sociedad con cualquiera de sus prometedoras figuras. La gran mayoría de los conjuntos que al año próximo disputarán la Liga BBVA perderán muy posiblemente a sus jugadores franquicia al no poder retenerlos, los cuales en muchos casos terminarán jugando en campeonatos foráneos. Todo esto, mientras el Barcelona desembolsa cerca de 60 millones de euros para traer al mejor jugador del momento fuera de Europa y el Real Madrid estudia la posibilidad de incorporar al futbolista más destacado de la Premier League.
El resultado será el de los últimos diez años: una competición bicefálica en la que sólo dos escuadras pelearán por el título mientras las otras dieciocho se conformarán con las migajas. Se nos venderá de nuevo como “la mejor liga del mundo”, pero posiblemente en esta ocasión sean menos los ignorantes que se lo crean. Cada vez resulta más evidente que la competición se muere devorada por sus dos gigantes, capaces de fracasar un año y malgastar cifras astronómicas en el mercado para arreglarlo al siguiente. Todos aquellos cracks que no son del agrado de blancos y azulgranas huyen hacia el exterior en busca del dinero y la competitividad que aquí no existe. Escapan de una Liga en la que dieciocho equipos se reparten entre sí el 50% de los derechos televisivos mientras la otra mitad se sube al puente aéreo, en la que unos están obligados a jugar un lunes a las 11 de la noche y otros sólo lo hacen entresemana cuando interesa, en la que un equipo es capaz de hacer 76 puntos en su mejor temporada en los últimos quince años y otro consigue 85 dejándose llevar desde enero, en las que la salvación se logra con 37 puntos y el campeonato con 100. Esa liga no es la escocesa, es la nuestra, y se está muriendo.

Samstag, 15. Juni 2013

Hora de césped

Hace unos días arrancó la temporada de tenis sobre césped. Tan sólo son cinco semanas al año en las que predomina el color verde y donde todas las miradas apuntan a un mismo objetivo, el torneo más prestigioso del mundo: Wimbledon.





El tenis, en sus orígenes, comenzó a jugarse sobre hierba. Hoy en día es la superficie menos usada en los torneos. Su elevado coste y la laboriosa manutención hacen que tan solo se pueda disfrutar del tenis sobre hierba durante poco más de un mes en toda la temporada.



Este es uno de los motivos por los que muchos jugadores tienen dificultades para adaptarse a esta rápida superficie. Además entre Roland Garros y Wimbledon hay apenas tres semanas de diferencia, con lo que la preparación para el Grand Slam londinense es corta.












Puntos a tener en cuenta


- En la hierba los botes son muchos más bajos que en otras superficies. La pelota no bota con altura sino que se desliza, resbala. La velocidad se incrementa notoriamente.

- Estos botes tan bajos producen que muchas de los impactos entre raqueta y pelota se produzcan por debajo de la altura de la cintura. Al estar tan pegadas al suelo se tiene que tener un gran juego de piernas y flexionar mucho las rodillas para ejecutar el golpe correctamente.




- Los puntos suelen ser mucho más cortos, ya que el esfuerzo de mantener en juego la bola es mucho mayor.

- Las pistas se van desgastando con el correr de los días y con la cantidad de partidos que tienen encima. Esto provoca que la superficie vaya siendo más irregular a medida que avanza el torneo. El césped no está igual en todos los rincones de la pista y pueden producirse botes malos. De esta manera es necesario que el jugador vaya ajustando bien sus movimientos y rectificando golpes según el bote de la bola. Ardua tarea para los tenistas.

- La hierba es la superficie idónea para los buenos sacadores y así lo ha sido a lo largo de la historia. Bien es cierto que en estos últimos años las pistas se han ralentizado y se pueden observar largos peloteos y botes más altos, pero el saque sigue siendo un arma fundamental. Se aprovecha la velocidad de la pista y la manera que resbala la pelota para utilizar mucho los efectos, sobre todo el cortado. Cuesta mucho devolver el saque en el césped.




- Se utiliza mucho el revés cortado (el ‘slice’). Es un arma muy peligrosa ya que sirve para defenderse pero también puede ser un golpe muy agresivo y que permita subir a la red. Como hemos visto anteriormente, al botar muy baja la bola y resbalar por la pista, el cortado es un golpe predilecto en la hierba ya que es difícil contrarrestarlo.

- Con el calzado adecuado para césped se puede deslizar en la pista casi de la misma manera que en tierra batida. Ahora bien, a diferencia de las canchas de polvo de ladrillo o cemento, es imposible jugar si hay llovizna o la pista está mojada: se pone demasiado resbaladiza y, por lo tanto, aumenta el riesgo de lesiones.



Aquí os dejo unos vídeos muy buenos de lo que es este GRAN torneo. Sin lugar a duda, un espectáculo del que se puede disfrutar de una manera muy peculiar.


















Mittwoch, 5. Juni 2013

Un rey honesto

Federer: "No he estado a la altura"

El suizo Roger Federer confesó que se sentía "decepcionado" tras su derrota en cuartos de final de Roland Garros contra el francés Jo-Wilfried Tsonga, y admitió que no había estado a la altura. 

"Estoy triste de la forma en la que jugué. He tratado de resolver la situación y Tsonga me ha puesto mucha presión. Ha servido y restado mejor que yo. No he encontrado mi ritmo. No hay excusas, estoy muy decepcionado de mi rendimiento de hoy", aseguró el suizo tras caer por un contundente 7-5, 6-3 y 6-3. 

"Tsonga estaba sólido en todos los dominios y mi nivel no ha sido suficiente. Si hubiera ganado el primer set hubiera tenido opciones. He tenido muchos problemas en el juego, él ha sido más fuerte", dijo. 

Federer consideró justo que Tsonga o el español David Ferrer, que disputarán una de las semifinales, estén en la final de Roland Garros, lo que garantiza un candidato final inédito. 


Además, será la primera vez desde Wimbledon 2010 que dispute una final de un Grand Slam un jugador que no pertenece al llamado "Big Four", compuesto por el serbio Novak Djokovic, Federer, el británico Andy Murray y el español Rafael Nadal. 


"Los dos están jugando muy bien, merecen estar en semifinales", afirmó Federer.

Samstag, 11. Mai 2013

Gladiadores sobre la tierra




En uno de los recintos más hermosos de todo el circuito, ubicado en una ciudad histórica y magnífica como Roma, se desarrollará durante la próxima semana el Internazionali BNL D’Italia, el torneo mixto Masters 1000 ATP y WTA.

En una central enorme que recuerda a aquellos célebres coliseos romanos en los que los ciudadanos se agolpaban en busca de espectáculo. Con la resaca en el circuito del torneo de Madrid, con condiciones de ciudad de altura, aparece Roma en el escaparate.




En el circuito femenino la pista no ha levantado tantas ampollas como en el masculino pero no cabe duda de que son muchas las que se han quejado de un torneo tan diferente en pleno sprint hacia el Grand Slam de tierra. Por eso Roma se muestra como el evento clave y clarificador de cara a Roland Garros: la campeona aquí será la gran candidata, pues las condiciones son similares a las de París.







Por su parte, también los tenistas dueños de los primeros lugares del ranking ATP lucharán por el titulo italiano como gladiadores, pero sólo uno quedará en pie. 


El evento tiene sus orígenes en 1930, año en el cual se realizó la primera versión de este tradicional torneo del tenis internacional. Durante el período 1930 – 1934 el certamen se desarrolló en Milán y sólo a partir de 1935 cambió a su actual sede, es decir, Roma.
A partir de entonces, el campeonato se consolidó en la capital italiana, por más que haya habido algunas excepciones (1961, en Turín, y en los años ochenta la competencia femenina en Perugia y Taranto).
El torneo sólo tiene cinco campeones italianos en toda su historia, mientras que en la rama femenina se registran tres coronas. La última vez que un dueño de casa obtuvo el título fue en 1976 (Adriano Panatta) y la última vez que un italiano fue finalista fue en 1978 (Panatta). A nivel de mujeres, Raffaella Reggi ganó el trofeo en 1985 y desde ahí no hubo más tenistas italianas en el salón de honor del campeonato.

A FEDERER NO LE GUSTA ROMA
Pocos torneos hay que se le hayan resistido al considerado por la mayoría de analistas como el mejor tenista de la historia. Roger Federer ha ganado los 4 Grand Slam: Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon y Open USA. También ha ganado la Copa de Maestros en varias ocasiones. De entre los Masters Series tan solo Montecarlo y Roma se le resisten. 

Que Roger no haya ganado Montecarlo tiene toda la lógica, ya que le ha tocado compartir época con el mejor jugador de tierra batida de la historia, Rafa Nadal. Y si hay un torneo donde Nadal se encuentra cómodo, ese es Montecarlo. Al estar a nivel del mar las condiciones son perfectas para el de Manacor. 

Lo que escapa al entendimiento popular es el motivo por el que Federer odia el Masters de Roma. Desde el año 2000, Roger ha participado en 11 ediciones, solo faltando a la de 2005. En ellas ha ido acumulando derrotas ante tenistas que, casi con total seguridad, no habría perdido en otros torneos.



Para valorar sus primeras actuaciones en Roma es necesario situarse adecuadamente. Federer alcanzó el top 10 de la ATP por primera vez en mayo de 2002 y el nº1 en febrero de 2004. 
2 semanas antes de acceder al top 10, Federer participó en el Masters de Roma. Su primer rival parecía más que asequible, el italiano Andrea Gaudenzi, nº58 del mundo. El resultado hablaba por sí solo 6-4 6-4 para el italiano.
En 2003 Federer pareció acudir a Roma con ganas de revancha por esa inesperada derrota del año anterior. Su buen juego y un cuadro más que asequible, en el que solo Ferrero era un rival fuerte, le permitieron llegar a la final. En ella se encontró con el nº47 del mundo, Felix Mantilla, que contra todo pronóstico le derrotó dejando a Federer sin el título en Roma.
En la edición de 2004 Federer ya presumía de ser el nº1 (lo sería de manera consecutiva hasta agosto de 2008). Había ganado el Open de Australia e Indian Wells, por lo que todo parecía indicar que Federer conseguiría ganar en Roma. Nada más lejos de la realidad, ya que en segunda ronda Albert Costa acababa con el suizo. El español era el nº39 del mundo en ese momento.
2006 sería el año en el que más cerca lo tuvo, pero por primera y única vez aquí en Roma, se topó con Rafa Nadal en la final. Tras un espectacular partido a 5 sets el español se llevó la victoria, aumentando aún más la maldición de Federer en la ciudad romana. Esta es la única derrota que tendría justificación en el historial del astro suizo.
En los años posteriores a ese partido se dieron algunos de los resultados más sorprendentes y se empezaba a apreciar que Federer le había cogido cierta manía a este torneo. 2007 fue el año en el que Roger regaló al pueblo italiano una alegría en forma de derrota en segunda ronda contra el Pippo Volandri. El marcador fue contundente 6-2 6-4.
El agraciado en 2008 para eliminar a Federer contra pronóstico fue el jugador checo Radek Stepanek. Federer era aún nº1 mundial, pero cayó en su 3er partido por un doble 7-6. 

Tras esos 2 vergonzosos años (para quien era Federer por esos entonces), llegó una actuación medio decente en 2009. En ella alcanzó las semifinales, pero un joven Novak Djokovic le quitó la posibilidad de luchar por el título.
En 2010 Roger volvía a las andadas y hacía recordar las peores actuaciones de su carrera. En esta ocasión el jugador que el sorteo le deparó para jugar en primera ronda fue Ernests Gulbis. El letón fue el jugador que ganó el partido.

En 2011, el suizo no llegó a pasar de la tercera ronda. 4-6, 7-6 (7/2), 7-6 (7/4)  fue la derrota vivida por Federer ante el francés Richard Gasquet. Un año más en el que no sabría lo que es la victoria italiana y justo diez días antes del comienzo del segundo Grand Slam del año.



Y en 2012, cayó derrotado una vez más ante Djokovic y en semifinales. 


Las condiciones de juego en Roma son bastante rápidas, nada que ver con Montecarlo. Además es considerado por muchas personas vinculadas al mundo del tenis como el mejor torneo de tierra batida, solo por detrás de Roland Garros.
No hay motivos conocidos por los que Federer juegue mal en Roma, pero los hechos y los números son los que son, incontestables. Pero nunca es demasiado tarde...















Freitag, 15. März 2013

Unas recaudaciones, un hotel y el nacimiento de Indian Wells

Continuando la indagación en las historias que el tenis ha dejado a su paso desde su nacimiento en pleno siglo XVIII, y entre esos lustros que han ido transcurriendo mientras el tenis se hacía veterano y cada día más profesional, aparecen intrahistorias ocultas, aventuras desconocidas u orígenes a medio conocer que aprovecho para rescatar, valorar y descubrir. Hoy me detengo en el nacimiento y auge de uno de los torneos top del calendario, de un torneo especial y diferente, de un torneo muy galardonado y con una de las dotaciones en premios más cuantio-escandalosas de toda la temporada, hablo, cómo no, de Indian Wells.




Para hablar de historietas que ha vivido este torneo podría empezar por lo ocurrido el año pasado con el virus intestinal contagioso que afectó a jugadores y jugadoras, periodistas y aficionados, árbitros y recogepelotas; se podría seguir contando de dónde proviene la ingente cantidad de dinero que se invierte en este torneo y por qué es uno de los que más prize money tiene, o por qué en este torneo todos los tenistas tienen un coche por completo a su propia disposición, o cuál es el origen de sus impresionantes instalaciones, sin olvidar lo que daría de sí el terremoto de este año que ha acongojado a media élite mundial del tenis en California… Pero me voy a centrar en el origen de este torneo. Por qué surge, cómo surge, y cómo ha crecido hasta convertirse en uno de los preferidos por los tenistas y en uno de los torneos ATP y WTA más exitosos.

El comienzo de las cosas más grandes siempre está en otras mucho más pequeñas; y cada vez que una entra a investigar, descubre que aquella estrella internacional resulta que empezó jugando en un garaje, que aquél espectacular entrenador antes era un humilde instructor de minitenis, que una carrera meteórica empezó perdiendo en futures o que tal árbitro referencia fue un profesional frustrado por una pronta lesión de rodilla. Así es también el comienzo del supertorneo de Indian Wells, uno de los que lucha por el honor de ser ‘quinto Grand Slam’. Un mísero evento para recaudar fondos, que después iban directos a las asociaciones e iglesias que se encargaban de ayudar a los más necesitados de la zona, que era Arizona. Hecho queda el juego de palabras.

Un origen así de humilde. Un torneo ATP con fines benéficos. Parece mentira que de esta forma fuera viendo el rostro actual que presenta el torneo, sin duda uno de los más pudientes. Todo ocurrió de forma rápida y en un escaso período de tiempo que transformó aquél humilde torneo en un serio aspirante a ‘Grand Slam’, objetivo que finalmente no alcanzó.

Tras dos ediciones de torneo benéfico en Tucson (Arizona), los ‘American Airlines Tennis Games’, nombre original, pasaron a disputarse en Palm Springs durante tres años, y otros dos más en Rancho Mirage, muy cerca. El torneo permanecía como un humilde evento en la costa oeste de Estados Unidos. Sin embargo, llamó poderosamente la atención de, por aquel entonces, un importante extenista puertoriqueño con multitud de negocios, miembro del consejo directivo de la ATP. Charles Manuel Pasarell Jr., más conocido como Charlie Pasarell, miembro desde hace apenas unos días del International Tennis Hall of Fame, hoy con 69 años y que fue presidente del torneo de Indian Wells hasta el 2011, es el protagonista de toda esta historia. él, y nadie más, es el auténtico arquitecto y albañil de esta majestuosa obra conocida como Indian Wells, promocionada hoy como BNP Paribas Open.

Profesor y director de tenis del lujoso Hotel ‘La Quinta, impregnado del postín de tal enclave, soñó con crear un gran torneo que tuviera como alma las facilidades. Facilidades a todos y en todo, a los aficionados y a los profesionales, empezando por los tenistas pero siguiendo también por la prensa, sin descuidar a los voluntarios y a tantos otros.Nadie quedaría fuera de la pompa que sería aquél torneo. Lo pensó, lo diseñó y él mismo se encargó de convencer al consejo de la ATP para que trasladara el torneo de Valle Coachella al mencionado hotel, así como de convencer a los propietarios del hotel para que invirtieran mucho dinero en aquél evento, construyéndose instalaciones mucho mayores de las existentes, empezando por la gran promesa de Pasarell: un estadio enorme para aquél momento y jurando y perjurando que el torneo, sí o sí, ‘seguiría creciendo’. Ambas premisas terminaron cumpliéndose. 



7.500 espectadores entraban en aquél majestuoso ‘Stadium del Hotel La Quinta’, cercano a las instalaciones de Disney World. Fueron seis brillantes ediciones (1981-1986) en aquel encantador hotel que adoraban los tenistas. Allí fueron campeones Jimmy Connors,Yannick Noah o José Higueras, entre otros. El torneo, paso a paso, se estaba consagrando. A Pasarell siempre se le criticó como tenista porque aún a pesar de su gran toque, sus magníficos golpes (sólo comparables a los de Arthur Ashe, cuentan) y su enorme talento, nunca se preparó físicamente como debía y nunca fue lo suficientemente ágil como para aspirar a los Grand Slams. De nuevo, el toque y la calidad se imponía en su talento, de forma que dejaba a todos boquiabiertos, pero esta vez como director de torneo sí gozó de agilidad y potencia; en apenas seis ediciones el torneo se había transformado en referencia. Un torneo potente y un torneo con mucha muñeca, a la par. En su final de 1982 Noah arrebató el título a Ivan Lendl (6/4 2/6 7/5), poniendo fin a su racha de 44 victorias consecutivas, y con ello sellando una página que aún permanece en los anales de la historia del tenis. Fue el primero de los muchos hitos del tenis mundial que han tenido lugar en este torneo de marzo.

El torneo era fantástico, pero Pasarell quería aspirar a algo más: quería conseguir que lo catalogaran como ‘título major’, como ‘el quinto Grand Slam’. Comenzó entonces un plan “fácil de explicar y difícil de ejecutar” como contó el propio protagonista al periódico del torneo. Consistente en: “construir la popularidad del evento desde y con los jugadores, aficionados, patrocinadores y medios de comunicación, todo a través de excelentes instalaciones, de una minuciosa atención al detalle, de garantizar una fuerte competencia entre los tenistas, logrando una proyección mediática al máximo nivel por todo el globo y emitir cuanto se pudiera vía televisiva para garantizar el alcance a todos los hogares posibles”.

Para dar ese paso adelante, dejó de contar con el apoyo de los directores de ‘La Quinta’, pero él no se resistió y desplazó el torneo allí donde las facilidades fueran aún mayores y las instalaciones aún más espectaculares. Así llegó el torneo a Indian Wells, en 1987, y desde entonces no se ha vuelto a mover, ni lo hará. Las instalaciones siguen creciendo y para el año próximo ya ha empezado la construcción de un nuevo estadio (8.000 asientos), 4 nuevas pistas de entrenamiento, 2 nuevos restaurantes, un nuevo y mejorado campamento para las televisiones y ampliación y extensión de muchos otros aspectos, como el parking, las avenidas, etcétera. Un camino hacia la excelencia que sigue su curso.

En los ’80, para construir el nuevo gran estadio de tenis y poner las bases para, por todos los medios necesarios, seguir creciendo, Pasarell y su cercano amigo Raymond Moore crearon la sociedad PM Sports Management, en la que junto a otros inversores diseñaron, desarrollaron y operaron un complejo hotelero de lujo y tenis en las cercanías de Indian Wells. Pasarell Newsweek, fue el patrocinador principal y todos unidos consiguieron que Indian Wells se convirtiera en el hogar perfecto para uno de los mejores torneos del mundo. Sin que pareciera posible, cada temporada el torneo mejoraba.


























En 1987 todo se estrenó en lo que son las actuales instalaciones (que, no obstante, han seguido adaptándose y perfeccionándose pero son esencia las mismas y en idéntico emplazamiento), con el estadio principal (capacidad para 10.000 espectadores entonces, algo más de 16.000 en la actualidad), hoy la segunda pista de tenis más grande del mundo. No obstante, para ser un grande del circuito le faltaba algo: las mujeres. En una senda ciertamente llena de obstáculos y con menos apoyo, poco a poco las existentes exhibiciones femeninas se fueron transformando en un torneo WTA oficial a disputar allí mismo pero en diferentes fechas. Por fin en 1996 todo el tren estaba en marcha, y el rendimiento al máximo. También las chicas, y de forma paralela, tenían cabida en aquel evento e incluso se promocionaba el dobles, era difícil imaginar un torneo con algo más, pues el cuadro se amplió hasta disputarse 4ª ronda antes de cuartos de final, como únicamente se hacía en los grandes. Necesariamente la competición se amplió a dos semanas, lo que terminó por conferirle un halo de Grand Slam que aún hoy mantiene, y que como ven no es una mera casualidad sino una búsqueda interesada por seguir el ejemplo de Wimbledon, Roland Garros, Open de Australia y US Open.



Un cambio en las participaciones, cayendo en manos de ilustres enamorados del tenis como George Mackin o Bob Miller (creadores de la revista Tennis), de la USTA, o de exprofesionales como Pete Sampras, Billie Jean King o Chris Evert, así como la colaboración con una entregada ciudad de Indian Wells y el famoso Club de Tenis Indian Wells Tennis Garden, han asegurado el éxito futuro de este torneo por muchos años más. Lo que no hizo más que confirmarse de nuevo con la firma en 2009 del nuevo patrocinio con la poderosa BNP Paribas.
Un torneo especial, un torneo bonito, un torneo competido, un torneo lujoso, un torneo detallista, un torneo, en definitiva, soñado. Y, aún no siendo Grand Slam, sueño cumplido, señor Pasarell. Como dijo Bill Dwyre, analista en Los Angeles Times, “estamos, señores, ante el Camelot del tenis. Difícil no dejarse seducir por el torneo perfecto, soñado por Charlie Pasarell en medio del desierto”.




Dienstag, 12. März 2013

Andy Murray: premio Laureus e irregularidad en Masters 1.000


El doble medallista en Londres 2012 y campeón del US Open vio reconocido su gran paso adelante de 2012 en los ‘Oscar de los Deportes’. Andy Murray (Dunblane, 15- 05-1987) ha sido galardonado con el Premio Laureus a la revelación del año en la gala celebrada en Río de Janeiro. El tenista escocés superó en la votación del jurado al futbolista brasileño Neymar, el nadador francés Yannick Agnel, la gimnasta estadounidense Gabby Douglas, el atleta granadino Kirani James y la nadadora china Ye Shiwen.




Pero lo que realmente me interesa, y aprovechando su presencia en el Paribas Open o, lo que viene a ser lo mismo, el Indian Wells, es hablar de la irregularidad de este tenista en los Masters 1.000La categoría de oro ATP representa un caballo de difícil doma para el tenista de Dunblane en los últimos tiempos. Un auténtico vivero de puntos disponibles donde poder recortar terreno y plasmar en las clasificaciones oficiales el crecimiento deportivo experimentado en los últimos meses. En Indian Wells, donde podría ascender al segundo peldaño del escalafón, tiene la primera piedra para empezar a consolidar el asalto definitivo.

Pese a completar la mejor temporada de su trayectoria deportiva, Andy echó el cierre al curso 2012 a más de 5.000 puntos de la cabeza. Convertirse en el primer británico en alcanzar la final de Wimbledon en los últimos 74 años, despojarse de los grilletes psicológicos al clavar los dientes sobre la presea dorada en los Juegos Olímpicos de Londres o conquistar su primer Grand Slam en Nueva York fueron algunos de los hitos sellados por el fornido atleta de Dunblane. No obstante, pese a morder repetidas veces la historia, su distancia respecto a la cabeza de la disciplina seguía siendo notable.

El tenis, con un calendario cuyo sol sale en enero y no desaparece hasta noviembre, requiere de una regularidad sin fisuras durante largo tiempo. Brillar de forma esporádica, aun haciéndolo en los escenarios más brillantes del trayecto, no asegura más que unas breves gotas de gloria en cuando a liderazgo se refiere. Ser capaz de reiniciar el sistema y acudir a cada torneo con garantías de pelear hasta las últimas rondas representa un requisito fundamental para optar a los puestos de privilegio.

Última temporada de Andy Murray en Masters 1000
París-Bercy | Octavos de final
Shanghai | Final
Cincinnati | Octavos de final
Canadá | Octavos de final
Roma | Octavos de final
Montecarlo | Cuartos de final
Miami | Final
Indian Wells | Segunda ronda
Como nota curiosa podemos destacar que el británico fue el único top5 que cerró la temporada sin ser capaz de alzar un cetro de la primera categoría ATP. No debe ser confundida la estadística con criterio reduccionista, y ponderar sobre la incapacidad de Andy para bregar en este tipo de eventos pues hasta ocho campeonatos de tal calibre brillan en su vitrina, habiendo capturado todos los disputados sobre cemento al aire libre a excepción del presente Indian Wells. Además, durante 2012 el escocés pisó dos finales y dispuso de hasta cinco pelotas de partido para haber amarrado el título de Shanghái. Lo realmente llamativo, sin embargo, llega al contemplar el cuadro completo de la temporada. 

En cinco de los ocho eventos de la categoría disputados en 2012 fue incapaz de superar los octavos de final, únicamente superando en dos de ellos el antepenúltimo partido (incluyendo derrotas ante el #32, #69 y #92 del circuito masculino). Dicho de otra manera, en cinco de los ocho Masters 1000 donde firmó presencia durante la campaña anterior, el británico cerró su participación con una o ninguna victoria en el zurrón. Un bagaje paupérrimo para el tercer jugador del mundo. 

Para tomar conciencia de la porosidad mostrada por Andy, basta contrastar lo siguiente: Nadal sumó más puntos en Masters 1000 que Murray durante 2012 pese a haber jugado tres torneos menos que el británico. Y la brecha se estira por encima del millar de puntos (2810 de Rafa respecto a 1750 de Andy). Para tener una percepción más gráfica de la brecha de rendimiento existente entre Murray y el resto de grandes estrellas del circuito masculino en este tipo de torneos, basta calcular la obtención porcentual de puntos obtenidos en los torneos ATP más importantes del año. Tendremos en cuenta al conocido como Big4 y apreciaremos de inmediato el déficit presentado por el competidor de Dunblane.



Roger Federer (62.75%), Novak Djokovic (59.4%), Rafael Nadal (56.2%), Andy Murray (21.8%). El tenista escocés rinde tres veces por debajo que el resto de líderes masculinos. Mientras helvético, serbio y español rondan el 60% de puntos posibles recogidos, el escocés a duras penas recolecta una quinta parte de lo que la competición le ofrece. Una grieta, aunque apaciguada por su rendimiento en Grand Slam –tres finales consecutivas-, que termina por mantenerle notablemente apartado por la primera posición del circuito.

Incluso, jugadores con menor recorrido en este tipo de eventos como David Ferrer (estrenó palmarés el pasado curso en Bercy) y Tomas Berdych (un título ocho años atrás y dos finales) fueron capaces de obtener un botín de puntos superior al competidor británico. Es decir, el tercer jugador del mundo descendió su caché hasta el sexto puesto en torneos de Masters 1000 durante los últimos 12 meses

Andy cambió su ruta respecto a anteriores campañas y se volvió a recluir en Florida para trabajar a fondo su cuerpo de cara a la siguiente cita. Poner en marcha la maquinaria para cada torneo configura un modo de actuar adquirido por el escocés, buscando una regularidad roída en los últimos tiempos. 
En el último ciclo de Grand Slams, Murray presenta un balance muy parecido al del número 1 del mundo. Ambos alcanzaron tres finales, ambos sellaron un título y ambos quedaron a las puertas de la gloria en el major restante (semifinalista Novak, cuartofinalista Andy). Pero haciendo balance en Masters 1000, una distancia de 5.100 puntos separa a ambos en las listas oficiales.


Los Masters 1000, en términos globales, reparten más puntos que los Grand Slam. Y el escocés es plenamente consciente del esquema a trabajar. Conoce los puntos de mejora. Indian Wells, donde comenzó la tortura de 2012,  le ofrece la primera gran oportunidad para recortar terreno. Puede salir número 2 del mundo pero, sobre todo, puede empezar a convencerse de pulir una regularidad para luchar por lo más grande: soñar con habitar el ático de la disciplina.