En los tiempos del blanco y negro, la elegancia se traducía a golpe de revés. La diagonal que trazaba la raqueta, de abajo hacia arriba, daba vida a uno de los tiros más bellos de este deporte: el revés a una mano. Desde el australiano Rod Laver, pasando por otros mitos como McEnroe o Boris Becker, hasta Pete Sampras. La saga de grandes jugadores que hicieron apología de este golpe es interminable. Pero el tenis cambió.
La búsqueda del toque perfecto y la colocación dio lugar a la potencia. Las nuevas generaciones apenas emplean el revés a una mano. Sólo en determinados momentos del juego, como recurso para "cortar" la bola. Aquellos que conservan la esencia y la tradición de los clásicos en el circuito hoy en día se pueden contar con los dedos de la mano.
Roger Federer, Richard Gasquet, Nicolás Almargo, Stanislas Wawrinka, Mikhail Youznhy, Tommy Haas, Philipp Kohlschreiber o Grigor dimitrov aún mantienen el revés a una mano en todas sus variedades y todos, salvo el búlgaro, superan los 27 años. Y es que entre los jóvenes talentos que están irrumpiendo en la élite de la ATP, todos empuñan el golpe con la "cara b" de su raqueta con ambas manos, salvo Dimitrov.
Una explicación parece esconderse detrás de esta evolución en la forma de ejecutar el revés. ¿Por qué se pasa de una mano a dos? En primer lugar, por la potencia que impera en el ciruito. "Supongo que la mayoría de jugadores ahora aprenden a ejecutarlo a dos manos. El juego ha evolucionado tanto hacia la fuerza que es importante tener esa potencia y ese control también en el lado del revés", reconocía Gasquet en una entrevista.
En esta misma línea, otro de los grandes maestros del revés a una mano, Stanislas Wawrinka, explicaba: "Es un poco de la vieja escuela y no demasiados profesionales lo enseñan ya. En estos momentos se impone la potencia".
Además, otro de los motivos que sustentan esta evolución es la temprana edad con la que los jugadores empiezan a practicar el tenis y la falta de fuerza para golpear el revés obliga a empuñar la raqueta con las dos manos.
Lo cierto es que los profesores de clubes y academias trabajan para que los más jóvenes puedan elegir su revés, empleando pelotas sin presión durante los entrenamientos que requieran menos fuerza. (Yo fui una de esas personas que daban a escoger la forma de realizar el revés. Al fin y al cabo el 'swing' debe ser natural. Además, será por la escuela suiza o porque mi profesor era precisamente un veterano, pero yo también soy de las personas que prefieren y hacen el revés a una mano).
Pero, visto lo visto en el circuito profesional, si algo queda claro es que el revés a una mano está en peligro de extinción. Sólo queda el recuerdo difuso de "los Clásicos".
Hablando del revés a dos manos: Murray
No hay mejor momento que este para hablar del revés de otro de los grandes del tenis actual. Un revés a dos manos que a Andy Murray le sirve de ayuda muchas veces para salir de situaciones adversas increíbles.
El revés del escocés es uno de los mejores del circuito junto al de Nole Djokovic. Su técnica es muy correcta y lo juega con mucha soltura y facilidad, a parte de tener una gran confianza en este golpe.
Algo que llama mucha la atención de este golpe en manos de Murray es la empuñadura. Pues si nos fijamos, la empuñadura de la mano derecha es "martillo". En este caso es muy importante la utilización de la mano izquierda para poder dar el efecto "liftado".
Andy es un gran jugador en los peloteos de fondo, gran defensor, buen contraataque y buen restador. Con si revés puede hacerlo todo. En el "rally" es capaz de cambiar direcciones con una gran facilidad; su revés paralelo es un ejemplo de coordinación y buena técnica.
En los intercambios puede cambiar los ritmos no sólo por velocidad, si no cuando va a buscar la bola antes, y lo hace con una preparación más corta buscando la bola arriba. Cuando resta también puede dar un paso hacia adelante y entrar para dominar el punto. Además, podemos decir que consigue hacer muy buenos "passing shots", ya que hasta el último momento no se sabe qué dirección le dará a la pelota. En otras palabras: un genio escondiendo el golpe.
Cuatro pasos son los que definen el revés a dos manos del escocés: preparación, punto de impacto, transferencia y terminación.
- En la preparación del golpe destaca su espalda recta y la gran rotación de sus hombros, cabeza de la raqueta a la altura de los mismos con sus brazos estirados que no permiten intuir la dirección que quiere dar al golpe.
- En el punto de impacto es muy bueno. Las manos avanzan hacia la bola con la muñeca derecha relajada.
- En la transferencia, el hombro izquierdo va avanzando con la bola, parece que fuera un "drive" de un jugador zurdo. La pierna derecha, mientras, va subiendo con la bola y la izquierda es la que toma el relevo, buscando un apoyo mejor.
- La terminación de su revés la realiza con sus manos cerca de su hombro derecho y las manos relajadas. No es tanto un golpe ejecutado de abajo hacia arriba, sino más lineal a través de su cuerpo.
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