Nadal regresa a la gira mundial en le recién creado torneo 500 de Copacabana, y cómo lleva el dolor de su espalda es la gran pregunta. Desde su derrota en la final del Abierto de Australia, donde perdió ante Wawrinka a finales de enero, no volvió a disputar ningún partido.
El número uno del mundo había dejado atrás una gran oportunidad de sumar un trofeo más a sus 13 de Grand Slam y así igualar a Pete Sampras. Algo que Nadal ya tenía claro: "no siempre tendré estas oportunidades, pues tienen fecha de caducidad." Y que la suya desaparecerá tarde o temprano, lo sabe cualquier profesional y especializado de este deporte. ¿Desde cuándo? Desde sus lesiones en las rodillas. Pero era la primera vez que oficialmente la culpable de todo era su espalda (otra parte del cuerpo muy machacada en un tenista). Nadal hizo todo lo posible para recuperarse y con ello evitar que vuelva a suceder lo ocurrido aquel día. Y así lo anunciaba en Río. Pero sus declaraciones son tan vagas como las que respectan al estado de sus rodillas.
¿Río 2016?
Modestia es quizás lo que más conozcamos de este jugador. Pero es cuando menos se esperaba, cuando el mallorquín volvió sobre las pistas, reanudando su carrera. Un acto ante el que una reacciona una vez más con perplejidad. Como la última vez, cuando estuvo sin disputar un sólo partido durante siete meses y de repente regresó, se posicionó en la final en los primeros nueve encuentros jugados, de los cuales ganó siete. Incluido el French Open. París vuelve a ser el objetivo final de esta temporada, el resto queda como bono. Hace tiempo que el tiempo trabaja en su contra, y eso lo tiene muy presente el 27-añero.
Una esperanza piadosa en el lugar correcto
¿Conseguirá superar a Federer y sus 17 títulos? Fácil ya no será para Nadal, pues la competencia se está preparando y viene pisando fuerte. "No sé cuánto tiempo podré seguir jugando", confesó Rafa Nadal, que está tan cansado de esa pregunta como el helvético. No le faltan la motivación y las ganas de divertirse, así como siente que todavía tiene la suficiente fuerza mental para seguir compitiendo. (Generalmente este es un anuncio con el que los demás deberían empezar a temblar.)
En definitiva, Río podría ser uno de esos comienzos de algo grande. Pero que en dos años vuelva a Copacabana para disputar los JJOO es algo que todavía no se puede saber. Nadal tendrá para aquel entonces 30 años. Una edad con la que pocos le siguen viendo sobre las pistas. Aunque el tenista tiene claro que hará lo imposible por estar presente, ya sólo por el simple hecho de que se perdió los juegos del 2012 en Londres. Por el momento suena todo un poco a sueño imposible de realizar pero Río de Janeiro parece un buen lugar para intentarlo.